13 Oct 2024

Salvar la vida (Mateo 16,21-27)

[Evangelio del domingo, 22.º del Tiempo Ordinario – Ciclo A]

Mateo 16,21-27:

En aquel tiempo, comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que él tenía que ir a Jerusalén y padecer mucho de parte de los ancianos del pueblo, de los sumos sacerdotes y de los maestros de la ley, ser matado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a reprenderle:
—¡Dios te libre, Señor! ¡No te sucederá eso!
Pero él, volviéndose, le dijo:
—¡Apártate de mí, Satanás!, pues eres un obstáculo para mí, porque tus sentimientos no son los de Dios, sino los de los hombres.
Luego dijo a sus discípulos:
—El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mí la encontrará. ¿Qué le vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué dará el hombre a cambio de su vida? Porque el hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno según sus obras.

En el pasaje del evangelio, Jesús comienza a decirles a sus discípulos más cercanos que no esperen un triunfo glorioso tal como los hombres estamos acostumbrados, que su victoria va a ser difícil de ver, porque sucederá en la resurrección después de la pasión y la cruz. Pedro, creyendo hacerle un favor a Jesús, se lo lleva aparte para ‘hacerlo recapacitar’. ¡Dios no puede permitir eso!
El rechazo de Jesús, tan sorprendente, nos avisa de que estamos tocando un tema demasiado importante para pasarlo por alto. Le llama ‘Satanás’ porque supone para Jesús una tentación, como las del desierto. Pedro, en el fondo, le está pidiendo a Jesús que sea un Mesías tal como él se lo imagina. Y Jesús sabe que el camino que le toca recorrer es muy distinto.
Si la semana pasada veíamos a Pedro confesando con decisión que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios vivo, hoy vemos que, a pesar de todo, todavía le quedaba mucho por comprender. Cada uno vive su proceso de fe de forma totalmente personal; Dios va poniendo en nuestras vidas sugerencias, estímulos, experiencias, personas, que nos van indicando un camino de crecimiento. Pero no siempre nos damos cuenta de ello; a veces estamos demasiado centrados en nuestras propias ideas, en los clichés en los que preferimos creer. Otras veces esas experiencias suponen retos, dificultades para nuestra fe que no siempre alcanzamos a superar. Y así, nuestra vida de fe se convierte en una auténtica aventura de crecimiento y retroceso, de alegría y sequedad, de rosas y espinas.
No fue nada fácil para los apóstoles aceptar que Jesús no era como se lo imaginaban. Tampoco fue nada fácil para Jesús recorrer su camino hacia la cruz. Y seguro que tampoco fue fácil para él tener que anunciar que ‘el que quiera seguirme, que tome su cruz’. Con razón se quedó al final con muy pocos discípulos, los más cercanos, los más fieles, los más incondicionales.

(Domingo 22.º del Tiempo Ordinario – Ciclo A)

4 comentarios en «Salvar la vida (Mateo 16,21-27)»

  1. ¡Hola! Lo primero, perdóname por no comentarte en las últimas entradas, pero he estado de vacaciones y algo desconectadilla del mundo.
    Respecto a esta entrada en sí, me parece que en el fondo es un poco injusta con Pedro. Evidentemente, es lógico que Jesús rechaze sus palabras, pero a mí nunca me pareció que fuese simplemente porque Pedro quiere que él sea el Mesías que él se imagina. Dada la relación de profunda amistad que debía haber entre ellos, limitarlo a eso me parece un poco frío. Yo creo que Pedro ahí hablaba desde la amistad, desde el cariño que tenía por Jesús y el espanto quele producía que su amigo y mentor tuviese que sufrir tanto. Lo que pasa, supongo, es que Jesús percibe ahi la tentación de usar su poder para escapar del sufrimiento “no por mí, sino para que mis amigos no sufran por mí”, y es el hecho de reconocer esa “trampa” que le tiende el subconsciente lo que le hace reaccionar violentamente diciendo “¡Apártate de mí, Satanás!, pues eres un obstáculo para mí, porque tus sentimientos no son los de Dios, sino los de los hombres”, lo cual a mí me parece más bien algo como “tú ves esto desde la perspectiva limitada de los humanos y no lo ves con la visión de conjunto de Dios, por muy bien intencionado que estés”.

  2. Hola, Estelwen. Bienvenida de nuevo. Hay que desconectar de vez en cuando.
    Es bonita la lectura que haces desde la amistad. La relación de Jesús y sus discípulos sería muy compleja e intensa; lo eran las de los maestros de la época, pero mucho más con Jesús, porque era tan único y especial.
    A Jesús le costó mucho que sus discípulos viesen las cosas, como tú dices, desde la perspectiva de Dios, y no desde la limitaciones humanas.

  3. Hola
    Por favor me podrían aclarar si la cita de san Mateo 16:27, en especial las seis primeras palabras: porque el hijo del Hombre vendrá…
    Gracias
    El espacio es muy enriquecedor espiritualmente, felicidades y bendiciones al Padre y a quienes lo ayudan.
    Gonzalo

  4. Esta palabra es para aquellos que dejan su vida por el ministerio, los que se estressan, se enferman y reniegan por que manejan 200 pérsonas y se sienten cansadas. Si jesus aca esta diciendo “el que Pierda su vida por causa de mi , la encontrara” eso quiere decir que trabajar para el no es agotador, ni estressador, cuando estamos en condidos en El. sino que perder la vida para El nos va a traer mas vida y no enfermedad y cansancio. no se confundan.

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