13 Oct 2024

Orar con el Salmo 21 (1)

“Dios mío, Dios mío. ¿Por qué?”
Escuchar el principio del salmo 21 es acoger los gritos de dolor del mundo, la desesperanza, el sufrimiento, la angustia. Es escuchar a Cristo en la cruz, y en él, a los millones de cristos que sufren. Escuchar el salmo, soportar el salmo, es también solidarizarse hacer propio el grito, el dolor, la angustia; es dejarse tocar por la realidad doliente de nuestro mundo.

Salmo 21 (I)

Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?
a pesar de mis gritos,
mi oración no te alcanza.
Dios mío, de día te grito, y no respondes;
de noche, y no me haces caso;
aunque tú habitas en el santuario,
esperanza de Israel.

En tí confiaban nuestros padres;
confiaban, y los ponías a salvo;
a tí gritaban, y quedaban libres;
en tí confiaban, y no los defraudaste.

Pero yo soy un gusano, no un hombre,
vergüenza de la gente, desprecio del pueblo;
al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
“acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre si tanto lo quiere”.

Tú eres quien me sacó del vientre,
me tenías confiado en los pechos de mi madre;
desde el seno pasé a tus manos,
desde el vientre materno tú eres mi Dios.
No te quedes lejos, que el peligro está cerca
y nadie me socorre.

Todos tienen alguna esperanza, nadie puede vivir sin al menos un destello de vida, un recuerdo. El salmista vuelve su mirada desconcertada al pasado y le dice a Dios: “¿Lo ves? ¡A nuestros padres los rescatabas! Ellos gritaban a ti, ellos confiaban en ti…”
Las cosas parecen haber cambiado, ¿dónde, dónde está Dios? ¿Dónde estás, Dios? En mi pequeñez, en mi nada, en mi “ser un gusano” no te veo, no apareces, no te siento, no me salvas…
El recuerdo se vuelve entonces más cercano, más doloroso: “Si yo mismo, al nacer, ya te pertenecía. ¡Si antes de nacer ya eras mi Dios! No entiendo tu lejanía, Dios, no te entiendo.”
Meditemos este salmo despacio, sin pretender entenderlo, sin darle respuestas de libro, sin recetas. Ante el dolor no valen las recetas. Pongámosle rostro al sufrimiento, oigamos los gritos de este mundo. Sumerjámonos en el salmo y descubramos entre líneas que el salmista, aunque ni él mismo lo sepa, también confía en Dios, de lo contrario no le rezaría.

7 comentarios en «Orar con el Salmo 21 (1)»

  1. Me parece un salmo bastante cruel, sobre todo por cómo cuenta que le trata la gente. Se desentienden de él y encima se burlan. Quizás esas mismas personas son las que no escuchaban la voz de su conciencia, la voz de Dios, reprochándoles su cruledad y diciéndoles que ayudasen a ese hombre en lugar de denigrarlo.

    Culturalmente, me oarece un salmo más que lógico, porque después de todas las p…tadas que le han hecho a los judíos a lo largo de su historia, lo raro hubiera sido que nadie lo escribiera.

    Por cierto, ¿no es ese mismo salmo el que recitó Cristo cuando agonizaba en la cruz? (y, eh, nota mental que siempre quise preguntar: si Cristo es Dios, ¿por qué en ese lamento habla de él como su fiese otra persona?)

  2. Tienes razón, Estelwen, es un salmo que expresa la crueldad con que tratan al orante.

    Respecto al pueblo judío, como tantas cosas en esta vida, tiene una historia llena de claroscuros, de sufrimientos, incomprensiones y prejuicios sufridos, y también de sufrimiento, incomprensiones y prejuicios provocados.
    De todas formas, cuando se escribe este salmo, todos los pueblos y civilizaciones tenían un fuerte componente de violencia y crueldad, porque si no, no hubiesen sobrevivido ante sus vecinos.

    Éste salmo lo ponen Marcos y Mateo en boca de Jesús en la cruz, con el contraste que supone sentir el abandono de Dios y al mismo tiempo recitar un salmo que tiene una continuación esperanzada (el martes que viene veremos cómo acaba).

    La pregunta que me haces sobre Cristo como Dios que al mismo tiempo ora a Dios como si fuese otra persona toca una de las claves de la comprensión cristiana de Dios: Es un amor tan inmenso que no puede encerrarse en una sola persona. Por eso decimos que en Dios hay tres personas distintas que comparten una misma naturaleza.
    La iglesia tardó algunos siglos en reflexionar esto, para lo cual necesitaba definir filosóficamente los conceptos de "naturaleza" y "persona". No es nada fácil de entender (es Dios, claro), pero la idea básica del amor que genera amor me parece bastante sugerente.

  3. Este Salmo representa el cumplimiento de la escritura del Antiguo Testamento en Cristo. Esto quiere decir que la profecia de este salmo siglos antes que Cristo naciera se, se hace realidad en ÉL. El Nuevo Testamento es el cumplimiento, o la respuesta del Antiguo Testamento. Por eso Cristo pronuncia las palabras de abandono de este salmo porque no solo se siente identificado con el, sino que con su vida hace realidad las profecias, que ya hablaban de ÉL, por eso inmediatamente despues de la frase del salmo, dice “Todo esta cumplido, en tus manos encomiendo mi espiritu”.

  4. Este salmo representa la pasión de Cristo que fue profetizado siglos antes a su venida. En Cristo el Antiguo Testamento se vuelve realidad, el cual no puede entenderse sin el Nuevo Testamento.

    1. Las numeraciones de la Biblia hebrea y de la traducción al griego no coinciden. La traducción griega fue la utilizada por los primeros cristianos y pasó a la traducción latina de la Vulgata y desde ahí a nuestra numeración litúrgica todavía hoy.
      En las ediciones de las Biblias actuales se prefiere mantener la numeración original del hebreo, aunque se suele añadir entre paréntesis la numeración griega, que es la litúrgica. Este sería entonces el salmo 22 (21). Pero como yo hice este comentario para un encuentro de oración, mantuve el número utilizado en la liturgia.

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