Comentario de Hechos 9,1-9 (continuación)
Tras el resplandor y la caída a tierra, la voz de Dios se hace necesaria, porque sin sus palabras no se entiende nada. Pablo tan sólo ha visto una luz que lo envuelve; ahora la voz comienza dirigiéndose a él y llamándolo por su nombre. Además, al principio el narrador ha hablado de «Saulo», pero ahora la voz dice «Saúl»; es el mismo nombre hebreo, pero el primero está en forma adaptada por los griegos (todo el libro de los Hechos está escrito en griego), y el segundo recuerda más bien la forma original hebrea. Es decir: Dios le habla por su nombre y en su lengua materna; la voz de Dios pretende ir a lo más profundo de su corazón, quiere interpelarle en lo más hondo. No le va a hablar de opiniones ni de anécdotas superficiales. Lo que está a punto de decirle le va a transformar en su interior.
Tras el nombre, lo primero que le dice la voz es una pregunta: ¿Por qué? Sabemos que se pueden hacer muchas preguntas ante cualquier hecho, pero la más profunda de todas es «por qué». De nuevo queda claro que Dios se dirige a la motivaciones del corazón, a lo que justifica toda la vida de Pablo. Le pregunta en concreto: «¿por qué me persigues?» Es decir: «¿Por qué has montado toda tu vida en una persecución?», «¿por qué has hecho de la persecución, de la violencia, el fundamento, el porqué, de tu vida entera, de tu ‘respiración’?»
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hola,buenos días, nos haces reflexionar tan pronto… Me gusta eso de que sea Dios quien pregunte “por qué” ya que normalmente somos nosotros los que siempre le pedimos explicaciones. Y es que es posible que Dios no se calle tanto como creemos ante todo lo que hacemos, nos deja libres pero pregunta y pregunta. A Adán también le pregunta por lo que ha hecho, y a Caín sobre la muerte de su hermano. Alomejor no queremos oirle.
Si todo nos va bien casi nunca nos cuestionamos el sentido de nuestra vida,el por qué de todo lo que hacemos, es cuando empezamos a sufrir, cuando llega un fracaso, cuando estamos “caídos”,cuando lo hacemos. Mucha gente cuando alguien cercano muere inesperadamente, y dice “este mundo es una mentira”, y es entonces cuando, además de que algunos se dirigen a Dios pidiendo explicaciones, otros se preguntan por lo que están haciendo con sus vidas, como si alguien les cuestionara por qué hacen lo que hacen cada día y si tiene verdadero sentido.Un saludo.
Muchas gracias, Inma, nos enriqueces mucho con tus comentarios.
Me gusta este comentario, y coincido bastante con Inma.
Es importante preguntarnos el por qué de nuestras acciones, y al introducir en la Biblia tantas veces en las que Dios pregunta a los humanos el por qué de sus acciones, los autores han querido poner de relieve, creo yo, algo muy importante: el libre albedrío que Dios ha dado a sus hijos. Esa libre determinación que nos hace optar libremente entre lo mejor y lo peor. Mucha gente asegura, cuandoo hace algo malo, haber sido “esclavo de las circunstancias”, “incapaz de elegir”, “ho haber tenido opción”, “ser víctima de la sociedad”, etc. Sin embargo, ¡qué rápido asumimos la responsabilidad cuando lo que hemos hecho es bueno! ¿eh?
Creo que eso se deja bien claro en las escrituras: que nadie es esclavo del destino (creyeran lo que creyeran los griegos), sino que en realidad todos actuamos de forma libre, y que Dios nos puede mostrar el camino, pero no imponérnosolo en contra de nuestra libre voluntad.
En fin, qué trascendental me he puesto hoy, ¿no? ^^UUU
Un saludo:
Luthien Black.