29 Mar 2024

¡Qué agobio! (Mateo 6,24-34)

[Evangelio del domingo, 8.º Tiempo Ordinario – Ciclo A]

Mateo 6,24-34:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
»Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe?
»No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.

«No estéis agobiados … a fuerza de agobiarse … por qué os agobiáis … no andéis agobiados … no os agobiéis …» ¿Quedan dudas sobre cuál es la insistencia de Mateo en el texto de hoy? Hay veces en que el evangelio parece recién escrito, en que refleja nuestra misma sociedad, y el fragmento de hoy es uno de ellos. La pregunta siempre es la misma: ¿dónde pones tu corazón? En la actualidad parece que buscamos la felicidad en llenar nuestro tiempo de cosas, de experiencias, de momentos inolvidables, de sensaciones… Los padres llenan las agendas de sus hijos de actividades extraescolares; los jóvenes sienten la necesidad de experiencias que les llenen cada vez más. Todo nos parece urgente, necesitamos tenerlo todo ya mismo, no hay un momento de espera, no hay tiempo que perder…
Frente a este frenesí, el evangelio de hoy no nos pide que dejemos de trabajar y nos crucemos de brazos; no habla de actividades sino de actitudes: no te agobies porque hay Alguien que vela por ti, porque Dios es como un Padre que te cuida, como una Madre que no te olvida (Isaías 49,15).

Hoy es muy difícil entender esta confianza que Jesús nos propone, porque queremos meter a Dios en nuestro saco de «cosas que nos dan tranquilidad». Fiarse de Dios y de su providencia está hoy muy ridiculizado, sobre todo en los medios de comunicación. Todavía hay gente, por desgracia, que en nombre de la religión prefiere rezar en vez de acudir al hospital y se excusan diciendo que «sería confiar más en el doctor que en Dios». Esos extremistas dan una visión distorsionada de la fe a una sociedad cada vez menos creyente.

Lo que el evangelio nos plantea es una actitud de fondo, de hondo calado. Jesús afirmó con fuerza que no existimos por casualidad, que nuestra vida tiene sentido en Dios, que la raíz de todo lo que existe es el amor que Dios nos tiene. La vida está llena de momentos, algunos alegres y otros tristes. Nuestro espíritu se curte en el esfuerzo, en la entrega, en la búsqueda del conocimiento y del amor. A veces el sufrimiento es enorme y no le encontramos sentido, las respuestas de la vida no son nada fáciles. Pero, en cualquier caso, todo tiene su origen en el amor de un Dios que es Padre y Madre y que solo pretende amar. Ser conscientes de ello nos llevaría a vivir la vida sin agobios. No desaparecerían las dificultades, ni las desgracias tendrían de repente una respuesta facilona, nada de eso, pero sí viviríamos con más intensidad cada momento, descubriendo, bajo la superficie de la vida, la presencia profunda de un Dios-amor que no va a dejar que sucumbamos.
Nos resulta difícil aceptar que «Dios nos cuida» porque querríamos tener la certeza, la garantía, la póliza de seguro de que no nos va a suceder nada malo, nada doloroso. Pero esa no es la promesa que Dios nos ha hecho, no es esa la Alianza que Jesús selló con su propia sangre. En los momentos de alegría, en cambio, nos solemos despistar y olvidamos darle gracias a Dios por lo que sí tenemos, por lo que disfrutamos.
Jesús nos invita a ver nuestra vida, toda la vida, bajo la óptica distinta de Dios. Vives porque tu vida ha sido querida por él, porque tu existencia está llamada al amor y del amor viene, porque en los cimientos de tu vida hay un sí profundo que Dios te ha regalado.

(Domingo 8.º Tiempo Ordinario – Ciclo A)
(Imagen sacada de: http://blogs.21rs.es/kamiano)

11 comentarios en «¡Qué agobio! (Mateo 6,24-34)»

  1. javi ya te comentaré tengo pendiente el anterior tambien. Pero no me he podido resistir para comentarte sobre el dibujo que has puesto me ha hecho muchisima gracia, ¡esta salao!.

  2. gracias por un mensaje tan esperanzador y profundo, has clavado el texto, y me encanta como lo comienzas, es verdad muchas veces estamos agobiadisimos y se nos olvida que dios esta ahi, que nos ama y nos cuida que somos sus hijos que pase lo que pase no debemos preocuparnos el nos sostiene,y siempre esta atento a nosotros como el buen padre que es, y al igual que muchas veces no entendemos a nuestros propios padres tampoco entendemos a dios padre nos enfadamos con el, le reprochamos, le decimos y no nos damos cuenta que su mismo amor a de hacer que las cosas parezcan lo que no son, y que nuestra inteligencia es muy pequeña para entender tanta grandeza solo podemos amar como el nos pide con plena cony entonces quizas entenderemos sus motivos, sus dones y su infinita bondad el cuanto nos ama y todo lo que hace por nosotros.

    Este texto siempre me ha hecho ver donde esta lo importante y donde las tonterias, tambien el lugar de la esperanza.Javi es verdad que parece escrito hoy mismo, con esa expresion tan moderna, y con los tiempos de crisis que vivimos en los que nos podemos ver sin nada material, este texto es realidad pura y esperanza.
    javi mi enohorabuena has clavado la explicacion me ha encantado entera, y el titulo estupendo tambien la unica manera de amar, es amar sin medida. Genial javi.

    1. perdon javi lie los titulos, da igual, con lo del agobio me siento identificada y sobre el otro titulo, lo que te pongo es lo que pienso.

      1. por cierto lo que dices de esos extremistas… yo los veo como personas con buenas intenciones pero muy confundidas. Pero lo dicho esta estupenda la explicacion.

  3. Gracias, Andrómeda.
    La frase de “La medida del amor es el amor sin medida” tengo entendido que es de San Agustín.
    Un abrazo!

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