Una de las grandes facetas de Pablo es la profundidad de su oración. Como muestra podemos ver en sus cartas cómo afirma insistentemente que ora por las comunidades que él ha fundado o evangelizado. No lo dice como una simple información, es importante para él hacerlo y también es importante que se sepa, que ellos sepan, que ora por ellos.
Sin cesar presentamos a Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, la eficacia de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza en nuestro Señor Jesucristo. (1 Tes 1,3)
¿También nosotros oramos constantemente por nuestros destinatarios, niños o adolescentes de catequesis, jóvenes de grupos de fe, fieles de comunidades, etc. etc.? ¿Se lo hacemos saber con la fuerza y naturalidad de Pablo?