28 Mar 2024

El buen pastor da la vida por las ovejas (Juan 10,11-18)

[Evangelio del domingo, 4.º Pascua – Ciclo B]

Juan 10,11-18:

En aquel tiempo, dijo Jesús:
—Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
»Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
»Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
»Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.

La imagen del pastor nos resulta lejana a la mayoría. No tenemos demasiadas posibilidades de conocer en persona a ningún pastor, ni de observar su trabajo dedicado con el rebaño, ni de experimentar sus dificultades, su soledad, su afán por las ovejas. Sabemos que Jesús utiliza símbolos muy cercanos a su auditorio, que formaban parte de su cotidianidad, i por eso, la fuerza de una imaen de hace dos mil años, se convierte en debilidad ahora.
Hagamos el esfuerzo, pues, de imaginar. Estamos en el campo, entre verdes montañas, cerca de un bosque espeso. Diversas personas cuidan de un gran rebaño. Se oye el aullar de un lobo entre la espesura. Algunos de los pastores miran asustados hacia los árboles. No se ve nada, pero se imaginan un par de puntos brillantes que los miran desde las sombras. Comienzan a correr. ¿Qué necesidad tienen de jugarse la vida solo por un jornal?
Pero un pastor se queda junto al rebaño, solo uno, que se coloca entre las ovejas y el bosque, con el bastón bien cogido en las manos, mirando fijamente el bosque…
Decía el gran biblista Luis Alonso Schökel que se ha de leer con imaginación lo que está escrito con imaginación, con fantasía lo que está escrito con fantasía. Las imágenes sacadas de la vida no sólo nos ilustran sobre algún hecho, sino que nos hacen saborear una experiencia, nos tocan la mente y el corazón… y las vísceras, nos transmiten una vivencia profunda que no está tanto en las palabras, sino en nuestra propia vida, en nuestro interior.
En la escena que hemos descrito, faltaba añadir el sentimiento de intranquilidad de las ovejas, que también han oído a la bestia amenazándolas, la inquietud, el miedo, el terror…
Jesús se presenta como el buen pastor, el que da confianza a las ovejas atemorizadas, el que da la vida por ellas, el que planta cara cuando llegan las dificultades, porque a él si le importan las ovejas.

Este texto nos explica la muerte de Jesús en la cruz y su importancia para nosotros. Jesús no murió porque le arrebatasen la vida, sino porque él la ofreció por amor. Esta es la misión que había recibido del Padre, y también la misión que después nos traspasa a nosotros. Él nos conoce, a cada uno y a cada una, de forma personal, y da la vida, como el buen pastor, por las ovejas. Estamos invitados también a escuchar su voz, a reconocerla como la voz conocida y familiar de quien nos cuida, a seguirlo, a hacerle caso.
Con un poco de imaginación, la figura del buen pastor puede ser muy intensa y hablarnos profundamente al corazón. Ante un amor tan inmenso que se nos regala no es posible permanecer indiferentes.

(Domingo 4.º Pascua – Ciclo B)
(Dibujo: Fano)

2 comentarios en «El buen pastor da la vida por las ovejas (Juan 10,11-18)»

  1. Asi me he sentido ultimamente como si el buen pastor estubiera cuidando de mi, protegiendome, mimandome para que este bien, y luchando por mi contra el lobo cuando me falta el valor o la serenidad para hacerlo, y llevandome en brazos al botiquin o al veterinario para curar mis heridas del ataque del lobo, el ha dado la vida por mi cuando ha sido necesario y me ha sostenido y me sostiene cuando yo no puedo ni moverme, anda por mi llevandome en sus brazos cuando ya no puedo ni dar un paso. Gracias Señor por ser mi buen pastor y el de todos. Sin ti no puedo, no soy nada.

  2. Gracias, andromeda por tu comentario tan sentido y tan poético. Que el Buen Pastor nos cuide a todos, y podamos sentir que nos conforta, especialmente en las dificultades.

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